Préstamos a sola firma, préstamos hipotecarios, préstamos prendarios, préstamos personales, préstamos en tarjeta de crédito y adelantos. Esa es una parte del iceberg de la deuda que los argentinos toman para costear sus gastos, realizar alguna inversión de pequeña escala o, simplemente, cubrir otros compromisos financieros. En promedio, un hogar ha contraído deuda bancaria por un total de $ 361.686, de acuerdo con un relevamiento efectuado por Focus Market.
Según la consultora, en la Argentina el 41% de unos 4 millones de hogares existentes mantienen un endeudamiento con los bancos por una cifra que roza a $ 1,5 billón. Sin embargo, hay otra situación que no se observa y que es tanto o más profunda que el endeudamiento bancario: los compromisos que se asumen por fuera del sistema financiero. En efecto, las familias argentinas no sólo se financian con los bancos, sino también empezaron a hacerlo no abonando ciertos gastos corrientes, como impuestos, servicios, cuotas, recurriendo a prestamistas, o al método de compra al fiado. El promedio de las deudas no bancarias de una familia llega a los $ 189.000, un monto equivalente a una Canasta Básica Total (CBT) tucumana, es decir, la cantidad de dinero que se necesita para no ser considerado pobre.
Según la consultora, la mayor participación de las deudas no bancarias son: 26,3% los préstamos personales, seguido por el 26,1% que apela a la metodología de compras al fiado o préstamo por parte del comercio, con un promedio de deuda de hogar por $ 320.619 y $ 274.194 respectivamente. Estos dos tipos de endeudamiento representan a más de 1,2 millón de hogares, con un nivel de deuda mayor al promedio general de las deudas no bancarias por familia en ambos casos, puntualiza el reporte al que accedió LA GACETA.
Otros métodos que las familias eligieron para financiarse son: no pagando servicios como luz, agua, internet, etc. (3,2%), no pagando impuestos (11,9%), con préstamos de familiares y amigos (9,3%), no abonando expensas (6,9%), no abonando cuotas de educación (5,7%) o bien vendieron seguros que tenían o planes de auto (10,6%). En todos los casos los montos de deuda oscilan entre $ 81.000 y $ 195.000.
Según el director de Focus Market, Damián Di Pace, ocho de cada 10 hogares argentinos mantiene deudas con prestamistas, comercios, servicios e impuestos, entre otras obligaciones contraídas. “Los hogares argentinos están teniendo una pérdida de poder adquisitivo muy importante de su ingreso. A su vez, en muchos casos han tenido que recurrir a tocar sus ahorros para pagar sus gastos corrientes. Sin embargo, no pueden equilibrar sus cuentas y siguen tomando deuda. El gobierno, como no puede estabilizar la inflación, baja las tasas de interés para el crédito al consumo a los efectos que las familias se sigan endeudando. El problema es que el ingreso se ve superado por su gasto corriente y hay riesgo de que no se puedan pagar luego los créditos tomados”, afirmó Di Pace.
En un país que tiene una inflación que roza el 150% anual, cuatro de cada 10 hogares son pobres pero incluso otros dos de cada 10 están ingresando en una nueva pobreza, ya que trabajando sus integrantes no pueden cumplimentar una canasta básica total, indica el consultor. Aún tienen crédito bancario que posee tasa subsidiada, pero su nivel de ingreso no superará la variación de precios que estamos teniendo, acota. “Si bien esto es un gran problema para los asalariados registrados, es un inconvenientes mayor para los que tienen ingresos como monotributistas, autónomos o directamente informales, ya que sus ingresos son variables y su costo de vida aumenta cada vez más”, advierte.
Según Di Pace, la cantidad de hogares que cuentan con un ingreso informal o no califican para un préstamo bancario se expone a contraer deudas no bancaria, con costos financieros totales que van del 260% al 380% anual, haciendo insostenible su repago con un alto nivel de mora, debido a que su ingreso se ve deteriorado por el alto nivel inflacionario que estamos padeciendo.